¿Por donde comenzar a contar sobre la cocción?

Se dijo que “el asado es un espectáculo”. Ello me da la pista.

Ya el “actor” principal entro en escena:

la tira de asado.

Sabemos que hay otro actor:

Usted, el asador.

Pero, cual es el escenario? Aceptemos en un primer acto que es

La parrilla y sus alrededores.

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Otros de los escenarios, será sin duda, la mesa servida.

 

La parrilla y sus alrededores

Entremos al “primer” escenario.

A que llamamos parrilla? Aplicamos el término parrilla a una estructura de hierro o acero inoxidable o de chapa “enlozada”, constituido por un marco al que va soldado un conjunto de barras paralelas, barras redondas o con forma de caballetes en “V” o una rejilla (grilla) de alambre, sobre la que se disponen las carnes para ser asadas.

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Pero esa denominación, hoy día, se le da a todo el espacio, donde encontramos esa estructura.

Hoy la variedad de parrillas es impresionante. Las hay de todas formas y tamaños: simples o sofisticadas; fijas en un lugar o rodantes; las hay desarmables, otras desmontables de sus soportes; con patas fijas o atornillables, plegables o embutidas; de altura variable sobre la base o piso del fogón; protegidas por muros; con techo y campana o al aire libre; de construcción artesanal o industrial; a carbón o a gas, hasta con piedras volcánicas o briquetas.

La que usamos en picnic, algo improvisados, en algunos casos apoyada en ladrillos.

Y hasta para aquellos asados, en que para la parrilla se usaba (o se usa todavía) un “elástico” metálico de cama!!!!

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No me detendré en analizar los distintos tipos de parilla. Es cierto que para algunas de ellas habrá que “acomodar” los conocimientos, lo que me comprometo hacerlo en próximas presentaciones.

Tampoco vamos aquí a orientarlo para su compra o su construcción: la parrilla ya está en su lugar, esperando ser usada. Es lo habitual.

Hablaremos de aquella que tiene la estructura más común. Las de hierro con la grilla acanalada en forma de “V”, y que puede o no ser del tipo enlozada, por donde se desliza la grasa hasta un recipiente colgado en uno de sus extremos.

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Atención, digo que es lo que tenemos. Entonces no es momento para la discusión entre parrilla de hierro en “V” enlozada, con recolector de grasa versus parrilla de hierro redondo.

En otra oportunidad comentaremos sobre que diferencias producen una u otra. Aceptemos que lo que tenemos es lo que tenemos. Que no hay opción, por lo menos por ahora.

Cubierta o descubierta. Fija o portátil, como serían por ejemplo las que se ilustran a continuación:

 

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Es decir dejamos de lado –por ahora-  las de tipo vertical, en que se puede lograr el asado que ilustra la siguiente vista.

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Concretamente vamos por al asado que podemos definir como  “el de la familia”, es decir en una parrilla de uso bien “familiar”.

Puede que este en el jardín; distante como para no ahumar la casa y suficientemente cercano como para evitar tener un trayecto largo hasta la cocina. Puede que este en la terraza del edificio.

Si advertimos, que si es del tipo “portátil”, tengamos la precaución de colocarla alejada de las plantas, ya sea por seguridad y para que el calor no los dañe; asegurándonos de colocarla sobre una superficie plana, alejada de ventanales; que no moleste a los vecinos por el posible humo que va a desprender el asado.

Si vive en departamento, ubíquela en la terraza, cuidando de protegerla de las corrientes de aire.

Es tradición que el “parrillero” es quien toca la parrilla y nadie más puede hacerlo.

Por lo general “la protege celosamente” y nunca se aleja de ella. Sólo él puede mover la carne, la braza y si alguien o algo interfiriere, se le echará la culpa de que todo saldrá mal.

La parrilla es entonces, el elemento sin el cual no podríamos preparar el asado, pero para ello la parrilla debe estar en condiciones de higiene adecuada, sencillamente limpia.

Sea cual fuera el tipo de parrilla que disponemos, lo primero y principal es su limpieza, lo que comentaremos en próximo capítulo.

Alrededor o cerca de la parrilla habrá alguna mesa, mesada, que nos es siempre de gran utilidad. Si no esta en forma permanente, hay que arrimarla.

En ella habremos de desparramar lo necesario para el primer acto del espectáculo. Agruparemos todo lo necesario bajo el nombre de “utensilios para el asado”.

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