Archivo del mes: octubre 2020

ASADO. Invento argentino. El bypass. y algo más.

el bypass

 

se lo agrega a lo ya comentado..

helicóptero,

milanesa,

los dibujos animados,

la primer trasmisión de radio,

el magiclick,

el “bondi”….

bypass…invento llevado adelante por un argentino …

argentino ejemplar…

 

RENE GERÓMINO FAVALORO, creó esta técnica de cirugía cardíaca por la cual, mediante arterias o venas de otras partes del cuerpo, se “puentea” o “saltea” la obstrucción coronaria  para normalizar la oxigenación y nutrición del corazón.

 

 

 

 

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Para normalizar la oxigenación y nutrición del corazón Este método revolucionó la cirugía, siendo hasta el día de hoy la más practicada en todo el mundo.

Por desgracia, el bypass no pudo salvar la vida de Favaloro, su fundación tenía una gran deuda económica y le solicitó ayuda al gobierno nacional, sin recibir respuesta, lo que lo indujo a suicidarse. El 29 de julio de 2000, después de escribir una carta al presidente De la Rúa criticando al sistema de salud, se quitó la vida de un disparo al corazón. 

 

Ver más abajo el texto completo de la carta

 

El bypass coronario, en inglés llamado ‘coronary artery bypass surgery’, consiste en la redirección de la sangre por fuera de la zona bloqueada de una arteria del corazón con el objetivo de mejorar la circulación sanguínea que llega al músculo cardíaco.    Si bien esta operación no ‘cura’ la enfermedad cardíaca, si que ayuda y alivia los síntomas, pues el procedimiento consiste en tomar un vaso sanguíneo sano de alguna parte del cuerpo tal como un brazo, una pierna o el torax y hac …

El 9 de mayo de 1967 en un hospital de Cleveland, Estados Unidos, el doctor René Favaloro implementaba por primera vez una técnica de su invención, el bypass coronario.

Este método salvó la vida de millones de personas en todo el mundo. El método consiste en realizar un atajo sobre una obstrucción utilizando venas o arterias del paciente. De esta manera la intervención permite irrigar con sangre el músculo cardíaco comprometido.

René Favaloro nació en La Plata el 12 de junio de 1923. Estudió medicina en la Universidad de La Plata. En 1962, viajó a Estados Unidos para estudiar en el Cleveland Clinic. Cinco años después, en el mismo centro médico, implementó la revolucionaria técnica del bypass.

En su libro, De La Pampa a los Estados Unidos, …

 

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… Favaloro reflexionaba: “Muchas veces tuve que hacer mi relato en primera persona, ya que participé activamente con nuevas ideas en el desarrollo de la cirugía coronaria. No hacerlo hubiera sido un exceso de modestia (…) Pero debe quedar en claro que para mí lo individual no cuenta. Es tiempo de entender que el yo ha sido reemplazado por el nosotros”.

 

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Es injusto cómo, a veces, los grandes hombres de la historia son reconocidos en su real magnitud una vez que ya no están entre nosotros. Sin embargo, siguen presentes a través de su legado y honrarlos es una forma de que su ejemplo pueda inspirar a otros. 

René Favaloro dedicó su vida a la medicina y a su país.

Creó el bypass, una cirugía que cambió la vida de millones de personas alrededor del mundo. Hoy, su invento se encuentra entre los 400 seleccionados por Google como uno de los que modificaron la historia de la humanidad.

Google Arts & Culture lanzó una plataforma cultural en la que destacó los inventos que cambiaron la historia. Se trata de Once Upon a Try (Había una vez una idea), una experiencia inmersiva que busca inspirar a las nuevas generaciones, ayudando a preservar el legado de grandes mentes cuyos descubrimientos marcaron el camino de la innovación en beneficio de la humanidad.

El bypass es el único invento de origen latinoamericano que figura en la selección. De la mano de la Fundación Favaloro, que proporcionó información, contenido y curaduría, Google Arts & Culture permite recorrer la historia del médico argentino. Es posible conocer sus orígenes, su universidad, el lugar donde trabajó como médico rural en La Pampa, su etapa en Cleveland y su regreso a la Argentina para emprender el sueño de la Fundación. Todo esto, a través de imágenes, videos, textos y recorridos utilizando Street View.

Once Upon a Try

Para poder conformar la muestra, el Google Cultural Institute recolectó más de 200.000 registros históricos digitalizados, artefactos y videos. Hoy están online, al alcance de todos. Para ello, se asoció con 112 instituciones de 23 países para recibir material original de las organizaciones involucradas con cada uno de los inventos y descubrimientos. La explosión del Big Bang, las primeras mujeres en viajar al espacio, el primer Mapa de América, el telescopio de Galileo Galilei, Marie Curie, la clonación de la oveja Dolly, la máquina más grande del mundo, las cartas de Albert Einstein a científicos franceses, entre otros, son algunos de los hechos en los que podremos sumergirnos a través de esta plataforma.

Del Dr. René Favaloro
Julio 29-2000 – 14:30 hs.

«Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica.

La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles. Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno».

«La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada). Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente. Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía. A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo. Este era nuestro único contacto.

A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.

Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.

¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!

Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.

Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país. Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).

Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más.. No daríamos abasto para atender toda la demanda.

El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina , el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.

Lo mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.

Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. ‘Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?’. ‘Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe’. El cirujano ‘de real valor’ además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!

Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las ‘indicaciones’ de su cardiólogo. ‘¿Doctor, usted sigue operando?’ y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre. Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional. Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna ‘lecture’ de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el ‘sistema’ y el dinero es lo que más les interesa.

La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter echo, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos.

No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle ‘la operación económica’ y entregará el sobre correspondiente!.

La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar.

Es fácil decir ‘no hay camas disponibles’. Nuestro juramento médico lo impide.

Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.

En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben. Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.

Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta. ¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?

Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.

La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic, le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español! Sin duda la lucha ha sido muy desigual.

El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.

Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al ‘sistema’.

Sí al retorno, sí al ana-ana.

‘Pondremos gente a organizar todo’. Hay ‘especialistas’ que saben como hacerlo. ‘Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado’. ‘Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación’ ¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!

En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil.

No puedo cambiar, prefiero desaparecer.

Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: ‘a mí no me ha derrotado nadie’. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla.

Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo. ‘¡La leyenda, la leyenda!’

Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.

Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.

Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar.

No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano. Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.

Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.

En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.

A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.

Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.

Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.

Un abrazo a todos. René Favaloro»

Gran argentino Médico cirujano cardiólogo

 

Estimado lector..

no nos olvidamos de “el asado” ….

ya se irá “alejando” la pandemia

que nos lleva a aislarnos todo lo posible

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